Frustración, por no poder caminar sin notar las cuerdas imposibles de romper.
No pelear para no tener nada que perder.
Asentir con la cabeza en las noches de oscura soledad y duerme vela, sin que nadie entienda jamás a alcanzar la magnitud de la guerra que hay en mi interior.
Pensar que puedo pensar sin consecuencias...
Enjaulada entre barrotes de resignación...
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